El "horríbilísimo" pecado del plagio, especialmente el científico en los últimos tiempos, es ampliamente denostado por cualquiera a quien se pregunte. Los científicos Mounir Errami y Harold Garner han publicado al respecto un interesante estudio en la prestigiosa revista Nature, titulado "A tale of two citations" (Historia de dos citas, como la célebre novela de Charles Dickens: "Historia de dos ciudades"). Este estudio analiza la literatura científica biomédica angloparlante, y usando cálculos de similitud entre resúmenes de artículos, concluye que existen más de 70,000 duplicados en el canal Medline.
El estudio glosa dos herramientas:
- eTBlast, un motor de búsqueda de literatura científica que no usa sólo palabras clave, sino párrafos enteros en las búsquedas, y que puede ser usado para localizar con más precisión estudios parecidos al que uno está realizando (introduciendo tu propio resumen), o relacionados con una propuesta de beca o de proyecto, etc.
- Deja vu, una base de datos de citas duplicadas que contiene trabajos que representan potenciales plagios.
Las herramientas de por si son valiosas.
Por otra parte, parece ser que en este mundo de resultados a corto plazo, carreras por las subvenciones y lucha por el crecimiento desmesurado del currículum, se considera un poco menos inaceptable el autoplagio (que por otra parte, puede estar justificado en determinadas condiciones).
Y yo me pregunto: ¿Cuántas veces ha reutilizado uno un fragmento de su propio código al programar? Quien esté libre de pecado, que tire la primera piedra.
Por cierto, lo que se puede leer en este post, ¿es una copia no autorizada del artículo de Nature?
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1 comentario:
A mi hasta me resulta difícil ver lo que es el plagio en el ámbito científico. ¿No se supone que cualquier resultado debe ser fácilmente reproducible? Pues reproducirlo (aportando un poquito más) no me parece tanto un plagio como una confirmación del potencial de ese trabajo.
Por otra parte, el autoplagio es algo que, además de habitual, puede ser hasta "interesante" pero si se hace bien. Cada día hay más medios de comunicación tanto científica como de difusión, así que tratar de publicar el mismo trabajo, bajo dos enfoques distintos (en informática, que solemos desarrollar técnicas para aplicar a dominios lo tenemos fácil, ya que un enfoque es el de la técnica y el otro el de la mejora en el dominio) permite maximizar la difusión de los resultados y llegar a un mayor número de científicos. Por otra parte, el ser capaces de extraer información de corte "difusor" de un artículo y colocarlo en algún otro medio (revista de difusión o blog), me parece algo que, lejos de ser perjudicial, debería ser habitual en todos los científicos permitiendo transladar un conocimiento importante a otros estratos de la sociedad.
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