15.12.10

Donde dice... El Boletin de la Fundación del Español Urgente

Otra navegación casual, en esta ocasión para buscar el origen de la expresión "A buenas horas, mangas verdes", me ha llevado a descubrir tanto la Fundéu BBVA, (Fundación del Español Urgente), como su boletín períódico llamado "Donde dice...". La Fundación del Español Urgente responde a la necesidad que indica Víctor García de la Concha, Director de la Real Academia Española y presidente de la misma:

"Desde su propio nombre proclama la Fundación del Español Urgente la voluntad de atender a lo inmediato, a la actualidad palpitante. Nació, en efecto, para dar respuesta urgente a las dudas lingüísticas que de continuo nos asaltan. En concreto, a las que sobrevienen al periodista que está redactando una noticia: ¿cómo transliterar el nombre de esa rara tribu tibetana que acaba de ser noticia?; ¿necesita talibán en su versión española una marca de pluralidad que ya lleva en su forma árabe?, ¿talibán, pues, o talibanes?" -- Víctor García de la Concha, pág. 1, "Donde dice..." número 12 julio-agosto-septiembre 2008.

Uno de los primeros menesteres de los que se ha ocupado esta fundación es la puesta en marcha de un seminario internacional dedicado a "El lenguaje de los jóvenes", evento ampliamente glosado en el número anteriormente citado del boletín "Donde dice...". Aconsejo encarecidamente leer dicho número, ya que casi todas las aportaciones que incluye son de gran valor.

A mi me ha llamado particularmente la atención el artículo "El rostro bárbaro del mañana", del escritor José Ángel Mañas, y que es la transcripción de la lección inaugural pronunciada por el mismo en el seminario. Se trata en mi opinión de un discurso brillante por su claridad y por su amor a un lenguaje siempre cambiante, que en manos de los jóvenes parece haberse sumido en la barbarie -- cuando son ellos los que hacen el lenguaje del mañana, aportando riqueza y belleza y no siempre empobreciendo la comunicación. Como Mañas clama:

"Dejemos que entren los anglicismos y naturalmente se verán los que arraigan, porque tienen su utilidad, porque rellenan una laguna conceptual y enriquecen el idioma, o porque nos gustan, y los que simplemente resultan modismos pasajeros, pues los unos permanecerán y los otros desaparecerán igual de naturalmente que llegaron. (...) Aceptemos todo lo que conlleva riqueza, nuevos matices, polisemia incrementada; pero luchemos contra todo lo que suponga pobreza o imprecisión lógica." -- José Ángel Mañas, pág. 9, "Donde dice..." número 12 julio-agosto-septiembre 2008.

En resumen, dejemos que el ecosistema lingüístico se autoregule, pero con el ojo vigilante de lo que da valor y no lo resta. No podría estar más de acuerdo.

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